Ese sabor a cobre
que rueda por el campo
en los albores de noviembre,
y el sol difícil de la lentitud
que finge por momentos
tibiezas de verano,
dime, dime que estarás ahí, me acechan
las heladas azules, queda
muy poca leña en el hogar
y hasta los montes
reniegan de su estirpe de madera.
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