Camino por el borde del silencio,
el equilibrio evita la palabra
pero admite la risa, puedo
mover los brazos como alas
y aunque el vuelo se resista
los ángeles me miran con envidia,
saben que he superado
el estado intermedio
entre dios y el anticuado mecanismo
que sólo sabe batir alas,
cantar e idolatrar
desde el barandal de la desidia.
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