domingo, 18 de octubre de 2020

Ponía un titular a cada historia

 

El sueño era que el viento se volvía espada

y que el frío lo invadía todo con su lengua silenciosa,


más tarde se le oyó decir: quién podrá cerrar

la resistente herida si ya no se oye el viento

ni el cuarzo colorea su dolor de amatista,


terminó en la playa,

se hundió en las olas,


ya no queda nada visible de aquel niño

que robaba su nombre a las estrellas.


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