Reconocemos por aquí
una salud reptante y silenciosa
o un manantial de ruidos apagados
a los que sobra todo lo demás,
arco, decimos,
que sueña y remodela el edificio
desensamblado por los años,
sabemos
de pócimas y aromas contagiados
de humo, sahumerios
virtuosamente mudos que no saben
ni recitar la fórmula matriz,
pero nos quedan
esquirlas satisfechas
de vida o limaduras
de la férrea y altiva
voluntad de perpeturase.
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