sábado, 12 de mayo de 2018

Del diario de a bordo

Lo que no puede ser es ese gesto
de resignación o de cansancio
tan desigual, teniendo en cuenta
las depreciadas emociones
y el máximo rigor de la etiqueta.

Eleva tu mentón y que se vea
tu perfil más corsario, tu pañuelo
rojo de lunares regros
presagiando
un desafiante balanceo desde el palo
subordinado a la mesana.

Sé bruto hasta el final,
pero guardando formas,
o intenta sorprenderles 
con esa singular oferta
que jamás podrían rechazar.

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