domingo, 20 de mayo de 2018

Ref. Lab.

Al final de la jornada
todos acudían presurosos
al reloj de fichaje. Eran varias
las tareas que quedaban sin hacer, 
como si el tiempo
pautado de la esclavitud sufriera
un ataque de lentitud vindicativa.

Pero alguien de rr hh, aquejado
de una perversa inspiración, 
llenó el reloj de esquirlas temporales
que nadie supo reducir
ni a horas ni a minutos. 

Consecuencia: cada día
hubo que retrasar varias virutas
aquel desbarajuste
para que cuadraran los horarios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario