No te pongas anillos de papel,
no mires
la realidad con gafas tristes,
vuela
a ras de suelo, temerario
como quien nunca vio lo que soñó,
pero lo reconoce
como una parte del catálogo.
No des tu nombre a los espejos
si no quieres acabar
como el más buscado del planeta.
Vuelve
a empezar cada mañana,
nunca
dejes al día repetirse,
pide
a la nada que vuelva a reflejarse
en el envés de la mirada.
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