martes, 29 de mayo de 2018

Satisfaction



Volando en otro idioma
llegó la bala, 
era un resplandor feroz y divertido,
buscaba
como imán a hierro un envés vacío
para llenarlo de escozor,
nada de sangre, 
ni sombra, ni silueta
cayendo, sólo
escenario propicio para
que la historia fuera verosímil.

Y vaya si cuajó, se puso
todo el estadio en pie pidiendo
más madera, mas fuego o esa
lujuria del metal dorado
que arde
sin consumir la zarza hasta la seda
que hay debajo de la piel.

Ya no quedan coliseos
para hacer volar esa metralla.

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