martes, 5 de febrero de 2019

La raya del horizonte no distingue de azules





Si has sido capaz de llegar hasta este limbo torpe, 
donde la imaginación ya se cotiza
como pieza de jabón en tiempos de miseria,
te atreverás sin duda a dar un paso más, 

la mesa puesta, destaponada la botella, 
pan abierto y telediario ardiendo 
justo a la hora de comer, 
aunque se cuenten por centenares las ausencias 
de tus invitados, aunque adviertas
que sólo acude tu cansancio y una vieja mancha de carmín
que la lavadora no ha borrado en la servilleta sin planchar.

Alza tu copa y brinda por el hambre
de todos tus amigos, los que siempre
responden al chin chin de la memoria.

Recuerda, ya no hay sangre
de colores festivos, los ahogados
enseguida copian el azul del mar.

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