lunes, 11 de febrero de 2019

Algo queda del ímpetu rupestre




Estuve en esos polos, en esas luces
donde todo confluye, nunca
se fundió conmigo la oquedad
que da cobijo e ilumina, supe
de la piedra alada cuando el trozo
de carbón y almagre modelaron
de primera mano un festival
de resurrecciones clamorosas,

el corro azul del frío, la bufanda
del fuego bermellón colgando
del cuelo de la madre,  el vientre
hinchado de la cierva, todo 
vapor y vigilancia, todo
a punto para el regocijo
de la primera cacería.

Hoy llamamos a eso religión
como si dios paciese en la pradera.

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