sábado, 23 de febrero de 2019

Los éxtasis pesan más que el aire




En su momento
se romperá también el sello del clamor
y la voz prisionera ha de venir
a apagarse en la música del verano naciente,

permanecerá un resquicio de fulgor beato
goteando en el silencio más oscuro,
a través de ese vano velazqueño 
de puerta al fondo que mulle un aire inflado
con partículas de polvo en suspensión
y que de alguna forma nos recuerda 
la espina diagonal de quien vigila,

ahí, en esa majestad de arruga y sueño
podrá volar el alma
que juan de yepes dibujara entre barrotes
de carnalidad y desconsuelo,

la oscuridad siempre camina
de la mano de la iluminación, qué gracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario