Cómo la miel tiñe el pedernal
Decía un libro antiguo
que los hijos de dios son pensamientos
puestos a secar en los varales
de sal de los desiertos,
tal vez por eso
se oxidan sin curar
las genealógicas heridas
y los sueños épicos se quedan
en soledad humana,
como si la vida fuese
una humedad perdida
que apenas logras recordar.
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