Cronotopo, (la ermita)
Lo que litúrgicos velos ocultaron
durante siglos hoy aflora
como cáscara amarga de la risa
que los dramas liberan al final,
volverá a verse la pintura
que la peste encaló y sollozaremos
por las llamas azules no llamadas
a la celebración de los colores,
tízname la frente y llore
la fuente mi perplejidad llevada
por un arroyo quieto,
(da miedo esta escalera
que ni sube ni baja, se conforma
con contemplar la altura y el abismo
con mansedumbre ecuánime).
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