martes, 17 de marzo de 2020

Ut fugiunt aquilas





Hoy le pediré prestado
su cóncavo barquito al odiseo
y navegaré por el río suficiente
de las lágrimas salinas
de polifemo, el que no ve,

yo seré su ojo, lazarillo
de soledades vigiladas por la furia
del vengativo poseidón, 

veré caballos en la arena
de playas amarillas, perros
rodeando a licaón, el cándido,
serpientes
creciendo como brazos
en torno a laocoontes disecados,

y no regresaré
a la cárcel caliente de mis pensamientos.

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