La mano que dormita
Quietas
a este lado del cristal
las horas bajan como gotas
condensadas de una respiración,
llega
de lejos el hipnótico cansancio
del trabajo aplazado, de los pasos
que no se pueden dar o de las cuestas
arriba de los días planos,
suena un piano a lo lejos
y el allegro inicial se vuelve largo
como si lo interpretaran
unas manos cansadas,
las paredes blancas aparecen
salpicadas de signos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario