domingo, 22 de marzo de 2020

Después de todo




Por el camino de la cal
sólo progresan pies descalzos, 
unas aves marinas
han llenado de guano
las troneras del acantilado,

así es el luto, dicen,
así el silencio perforado
por los aullidos del terral,
ni una voz humana que te acerque
a la historia ciega que debiera
contarse de esos días,

yo empecé a salmodiar
un quejido largo, repetitivo y simple,
moviendo la cabeza 
hacia delante y hacia atrás
como los árboles enfermos de locura,

al final
me quedé sin combustible,
la vela se apagó
y la oscuridad es absoluta.

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