Y ahora
un momento de pausa, una
mirada al hierro, como
obligándole a velar sus armas,
es preciso un golpe
en el metal dormido para
que sueñe por nosotros
mientras vencemos el insomnio.
Nada nuevo se me ocurre
y risa
me da que alguien pretenda
hacer arder de nuevo la ceniza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario