La luz no quiere entrar en esa habitación, recela del polvillo acumulado, de la adherencia de esa prolongada oscuridad que podría acabar dejándola sin brillo; vuelve a zumbar el mecanismo del transformador pero quien pasa por allí sigue pensando que las abejas han formado enjambre dentro y que algún día la miel asomará como si fuera un rayo coagulado de la luz primitiva

 

Oler miseria, recordando el tiempo

en que cualquier teoría era un estorbo

para los altos vuelos de la imaginación.

estaba allí como un plafón, iluminando

un ámbito feroz, dictando líneas, parábolas,

segmentos de una realidad confusa que se deja

colgar en la pared como si fuera un cuadro,

nuestras miradas iban de visita, y a veces se atrevían

a opinar sobre la pertinencia o no de unos diseños

que peleaban entre sí por ofrecer su parte

como si fuera el todo, su ropaje harapiento

como el uniforme del futuro,

estar así, tranquilos, colgados de una escarpia,

sin redención, pasando de una mano a otra esa bolita

que antiguamente reflejaba al mundo

y hoy se ha convertido en el emblema

que representa al terrorismo.

Zona B:

¿Se sentirán seguros los habitantes de Israel con estas actuaciones criminales de su gobierno? Temer que algo desconocido pueda estallar cuando tú pasas y que la barbarie desplegada acabe convirtiendo en enemigo a tu vecino que sólo aspira a sobrevivir no es la mejor fórmula para que un estado sea viable.  

Alguien que anda por ahí

 

Alguien 

que ha surcado los mares grises donde brotan

con fragilidad de espuma los apuntes

de una tenebrosa nacionalidad y surgen

las escamas que te definen como diferente.

alguien 

que sube todos los días a cubierta y rema con los ojos

atisbando las posibilidad de una gaviota,

o algún ruido no líquido que ayude

a estabilizar los pasos bamboleantes 

y fije de algún modo la proximidad del horizonte

para convertirlo en costa,

alguien

con la esperanza perforada por el tesón de la carcoma

que nunca está cuando se pasa lista

y no responde a la mirada del espejo,

alguien

que ha llegado varias veces al primer escalón

pero no le han dejado dar el paso

para convertirlo en escalera.

Zona B:

El terror más sofisticado es aquel que ni siquiera te imaginas. Israel ha conseguido superarse a sí mismo y su barbarie terrorista afecta a todo el mundo. O PARAMOS ESTA DERIVA CRIMINAL O TERMINAREMOS LAMENTÁNDOLO COMO OCURRIÓ CON SUS MENTORES NAZIS.

Con gran dedicación se aplicó al estudio de aquella formula para captar el alma de la luz; cerró los ojos durante mucho tiempo, habitó en la cueva de los murciélagos y hasta se acostumbró a dormir bajo el alero de las golondrinas para que sus excrementos le cegaran, como a Tobías, y así verla llegar desde el principio, pero no hubo un ángel que le aplicara la imprescindible hiel de pez para curarle

 

Nunca pretendí llegar más lejos

que mi propia sombra,

agradecido y asombrado de estar aquí,

mirando a contraluz con la amenaza

de arriesgar la vista en ello o de quedarme

completamente ciego,

a pesar de todo he conseguido

que mis ojos enfermos se amoldasen

a la deformidad amiga de las cosas menores,

el mejor espejo eres tú mismo

cuando has sido apartado del asiento

de la primera fila y apenas oyes comentarios

sobre el magnifico espectáculo

que ocurre a diario en las arenas

abarrotadas de este mundo.

Zona B:

Apartheid, discriminación, y otras sistemáticas torturas se infligen diariamente al pueblo palestino por reclamar el mínimo derecho a una existencia digna. ¿PRETENDE ISRAEL VENDERNOS  SU AMBICION DE CONTROL TOTAL COMO LA UNICA MANERA DE ASEGURAR LA PAZ?

Intentaba cazar las mariposas con el palo largo al que le faltaba el cazo de la red; pero se consolaba viéndolas volver todos los días al manantial de sales donde los zorzales dibujaban con sus patas hermosos jeroglíficos en el barro amarillo

 

Quise alcanzar la cima inexpugnable

de aquel poema de Archibald MacLeish

sin cantimplora ni botella de oxígeno,

los árboles habían sucumbido a la enfermedad de la quietud,

se habían atrevido a mirar atrás y contrajeron

la lepra silenciosa de la mujer de Lot y su mirada hueca 

aunque no exenta de misericordia,

las horas colgaban de la nada igual que estalactitas

de una humedad feroz que se dejaba lamer por los rebaños

de cabras del desierto y a veces retomaba

su rumor de manantial con el que los beduinos

combatían el acoso incurable de la sed,

copié el poema en pergamino con sangre de marmota

y lo dejé debajo de la almohada

creyendo que entraría en mi memoria a través de la brecha

dejada en la conciencia por la soledad,

pero quedó sólo la teoría de lo irreductible,

un agua mineral y oscura recorriendo 

las arenas ardientes del desierto, la sombra fósil

de los árboles y el collar de dientes de chacal

que me hacía soñar con la ventana que daba al otro lado.

Zona B:

No descansar, no darse tregua hasta que los causantes de este genocidio acaben en prisión y los pobladores de esa tierra vuelvan a mirarse, no digo con amor, pero sí con respeto y tolerancia.

Tan viejo está el asfalto que la memoria falla, aún suben los coches y el color ferruginoso del hayedo nos hace comparar este momento con la feroz pintura en blanco y negro del treinta y seis, las hachas que cortaban ramas para tapar el hierro muerto que unos perros tomarían por huesos coloreados y los llevarían a la plaza para jugar a las tabas los domingos

 

Subí la cuesta 

y al salir de la curva vi el hueco de sus ojos,

había tierra en ellos y unas flores asomaban,

aún no era verano,

los hijos suelen parecerse a sus padres, pero hablan idiomas diferentes, 

no usan las mentiras de igual forma para parecer mejores,

pero, 

siempre hay un pero suspendido como una fruta verde

que no pretende madurar para alcanzar las estaciones

donde todo es eterno o han anulado la memoria,

luego la carretera se detiene como si quisiera descansar,

hay una fuente al comenzar el llano y a ella

vienen a beber ciervos y pájaros,

qué costaría colocar una placa de cerámica diciendo algo así:

la sangre busca siempre los bajíos lo mismo que el arroyo,

no dejéis que las hojas del otoño

os hagan olvidar lo que hay debajo.

Zona B:

Sometimiento y apartheid. Ese es el recorrido de Israel para borrar de la memoria al pueblo palestino, el que poblaba el territorio cuando allá por el 1880 se comenzó a hurgar en esa herida innoble que terminó con la creación de un estado fantasma en detrimento del original.

Tendí los brazos hacia el sol y recabé la lluvia, pastoreé las piedras blancas del desierto y se convirtieron en ovejas, escalé la valla del jardín guardado por ángeles de fuego y mi cuerpo se llenó de quemaduras incurables como la herida de la frente de Caín; detrás de los arbusto alguien muy viejo se reía

 

El cardo monacal ha florecido,

se ha producido el pálido solsticio de la enemistad,

te dura tanto el amor como el odio

o la indiferencia coronada de espinas, flor morada,

cabezal abultado que siempre dice sí

aunque en verdad lo niegue todo,

revolución de los forzados a remar, se para el barco

en medio de un océano repleto de piratas y leyendas

que intentan recordar a Homero,

que haya una flor así, que debe a las espinas

su intocable belleza y que aparezca 

cuando los signos zodiacales configuran 

su oscuro jeroglífico es algo insólito, 

es el tiempo en que los gatos sacan punta a sus uñas 

arañando los faldones talares de algún dios.

Zona B:

Otra escuela de la ONU bombardeada por el ejército israelí, millares de muertos cada mes y nadie pide que la Corte Penal Internacional dicte orden de detención contra el genocida Netanyahu. En cambio se apresuran a condenar al payaso con chándal, porque este tiene menos "armas" para defenderse. 

Otorguémonos licencia para dudar de la redondez de las esferas, los ojos se acostumbran a seguir el trazado del que maneja el lápiz, porque la realidad suele resultar algo aburrida

 

Al bajar la escalera

me doy de frente en el rellano

con la  perplejidad del miedo puro reflejada en un ojo circular,

horror de vísperas sicilianas, similar al que anida 

en la mirada de Saturno devorando a sus hijos,

la redondez perpleja de unos ojos de albatros

sin la benigna corrección del párpado, la gula montaraz

de un zorrillo escocés amenazando la placidez del gallinero,

una escultura de grafito representando el pánico

que llega desde dentro y huele a aceite mineral,

sube con la ansiedad de la burbuja

y queda sin explotar como una lágrima

por algo ya difunto, sin la anestesia decorada 

con los colorines de la tradición, todo en blanco y negro

para ser contado en la tertulias al calor de la lumbre,

si no fueran los ojos de escayola del gallo de Barcelos

en su versión para el turismo.

Zona B:

Putin se creció ante la pasividad de las potencias de occidente. Hoy dice que si la OTAN autoriza a Ucrania el uso misiles de largo alcance contra su territorio es entrar en guerra abierta con Rusia. Israel ha entrado en una dinámica similar, mientras China contempla el panorama con  innegable satisfacción.

De dónde nos viene este complejo de albañiles si, como se dice, fuimos inquilinos de un jardín no construido, sino soñado, con un río que avanza en las arenas del desierto en alargada holografía, que no precisa de mantenimiento ni de agua real para tenernos a todos embobados a la orilla

Al despertar nunca encontraba

el habitual camino de regreso, 

los ojos sirven de muy poco, son lacayos de dios

que puso a trabajar las sombras

sobre andamios de rústicos tablones, 

por eso vemos la realidad a través de rendijas,

siempre a gran altura y con la construcción en vuelo,

los ojos, ay, los ojos,

de esa confianza viene este equilibrio tan vertiginoso

como el que inspira esa fotografía

de los obreros merendando sobre una viga en Nueva York,

aunque sea mentira nunca mires hacia abajo,

la falsedad es una sombra que imita la estructura de una red

pero nada segura.

Zona B:

Es cansado este repaso cotidiano a la ignominiosa actitud del ejército israelí, borrando literalmente del mapa cualquier rastro palestino. A la respuesta de los pocos que van quedando se le llama terrorismo. En cambio Israel sólo se defiende y no admite discrepancias: quien no está de su lado puede ser considerado defensor de terroristas.

Himno para cantar con boca cerrada acompañando al gorgoteo de las grullas cuando posan en el lago al atardecer

 

Hablo así contigo

en los días de niebla, humedezco mis pestañas,

parpadeo y tú apareces con los labios florecidos de palabras,

algo similar al artificio del maná, ramitas

con una secreción semántica que endurece

al contacto con el aire, unos dioses antiguos

velan por nosotros, ellos nos ponen velas y nosotros

aprovechamos su luz para leer, ellos queman incienso

y nuestra sombra escala las paredes como un humo

sacramental que nos esconde de las miradas indiscretas,

somo el reverso ciego de la divinidad, 

hablamos una lengua de vida larga 

aunque figure en los registros como muerta,

pero ellos qué sabrán si viven de espaldas a nosotros.

Zona B:

Honrad la memoria de los muertos, se decía; pero dejemos que la muerte sea natural, no la provoquemos entre los que han crecido en nuestra vecindad

Un argumento sin salida

 

En primavera ellos se visten con la pluma verde

del imaginario pollo hambriento que aparece desnudo

en los documentales de la dos,

                       las escopetas apuntando hacia abajo con guiño funeral

                                    y el ademán espabilado del aprendiz

son árboles de tela cultivada que al igual que los pájaros

simulan la temblorosa urgencia de una infancia

que ha de crecer y tocar cielo sin demora,

suelen conformar el decorado de la comedia humana

y unen sus altas manos en plegaria

para que llueva o haga sol o los pájaros sigan

colgando su colada en el pentagrama del transformador,

                                  detrás iba  Delfín, el ciego, con el teodolito al hombro

                                         como los lebaniegos llevan la guadaña 

a este el bordoneo de la electricidad                                                  

le hace parecerse a una colmena  y el relumbre de las jícaras aislantes

confunde a las picazas que se esfuerzan

en llevar a sus nidos cualquier cosa que brille,

                                           el latón abrillantado del instrumental

                                compitiendo con los botones de la casaca del sargento

en una sucesión de fingimientos 

que acaban pareciendo una verdad.

Zona B:

Cuando termine le sainete electoral en USA ¿alguien se atreverá a poner el cascabel al gato israelí o seguirá la farsa hasta que no quede en Palestina nadie que pueda denunciar el genocidio?

Su voz siempre llegaba con sordina, como esos trozos de vidrio que se encuentran en la playa esmerilados por el roce de la arena y que pueden llegar a parecer perlas sin brillo, aunque con mucho que contar sobre su larga peripecia

 

De aquel supuesto frasco de perfume

que viajó como equipaje de un viento femenino,

intentó cruzar el mar y naufragó en un tramo

de su arriesgado cabotaje y acabó quebrado

contra el coral del arrecife,

de él es el aroma que el rigor de la sal ha esmerilado

hasta dejarlo en perla de collar de náyade 

y que siglos más tarde rescató una niña

entre el azafrán podrido de las algas,

creyendo que era el alma penitente

de un cruce entre diamante y amatista.

Zona B:

Muchos años después la arqueología descubrió en territorio palestino unos restos que hicieron dudar a los científicos. Algo que informaba de contactos entre culturas similares enfrentadas entre sí en el primer tercio del siglo XXI y que hacía pensar en los horrores cometidos a mediados del siglo XX por un ejército invasor sobre civiles indefensos.

Compás, arco de arriba, recorrido de curvas y un final de caótico diseño; se han dado los pasos necesarios y alguno con obligada corrección para que la armonía de los números coincida con su reflejo en el papel

 

Suena la bocina del transbordador,

responden los mugidos de un petrolero viejo,

su asma tiene nombre propio y sólo se habla 

en los mares del sur, lo traduce un bicho

con caparazón de queratina y visera de práctico,

la milagrosa jerga con esquirlas que ha soltado la gramática

al ser rozada por la hoja malaya del encuentro

queda amontonada aquí y escribe un arco iris de petróleo

en las perezosas aguas de la barra,

ningún problema con la circulación, albatros

desorientados y gaviotas con la violencia contenida 

en sus miradas amarillas,

tú nada sabes de odiseas o intercambios en los bares

infectos del Pacífico, el hermano fiero de la soledad

que entrelaza su olas con la indiferencia austral del Índico,

abusando de su nácar dulce para dividir los hemisferios

como si fueran cascos de naranja.

Zona B:

El ejército israelí sale de una ciudad de Cisjordania tras convertirla en ruinas y dejar a sus habitantes en estado de necesidad extrema. A esos soldados les espera la seguridad de sus ciudades y la abundancia de recursos. ¿Pensarán alguna vez en lo que dejan atrás?

En estos pueblos donde el personal se asoma con gesto perezoso al umbral de la casa sigue conservándose el lenguaje encriptado de las campanas; cada toque anuncia algo diferente, de forma que el silencio va ocupando el lugar de las palabras o se resigna a que el metal las sustituya, como si ya nada nuevo quedara por decir

 

Ha vibrado en el aire ese dolor de bronce,

la campana llama con nudillos metálicos al marco

de tu puerta, pasa, pasa, no te quedes ahí,

fuera hace frío y el otoño llega adelantado, como tú,

el pueblo se ha quedado ya medio vacío

y en las riberas del pantano se notan las estrías de la erosión

que va marcando el oleaje,

pero tú a lo tuyo, tómate algo mientras preparo la comida,

no hay nada como tener en casa un invitado

que sabe lo que debe hacer y acaba haciéndolo,

sin señalar a nadie, como quien mira al horizonte

dudando sobre el rumbo que ha de seguir tras el descanso.

Zona B:

Israel también se ha dedicado a destruir el patrimonio palestino, una forma de acabar con la memoria de un pueblo milenario. El cruel refinamiento de una tarea genocida, calculada en los mínimos detalles para que nada quede a la posteridad.

Él ha dicho que sí, la mayoría no responde, aunque el silencio está cargado de intenciones que de nada sirven; es la pereza la que corona las encuestas y si fuera candidata en unas elecciones ganaría sin duda y podría hacer más lenta la circulación de nuestra sangre o hacer más largos los espacios entre los signos de interrogación

 

Detente ahí,

repara en eso que no siempre se deja ver,

observa el vuelo perezosamente apresurado

de la imposible mariposa, casi

no te da tiempo a respirar, lo miras

y ya ha pasado, vuelves a mirar y el sitio está vacío,

aunque contagiado de presencia,

no es algo que tenga la costumbre de durar

para dar gusto a los ojos, si sucede

debes agradecerle a la fortuna el privilegio,

te ha reservado el nivel más alto del andamio

desde donde los dioses contemplaron

las luces del primer amanecer.

Zona B:

Ser niño hambriento, enfermo, huérfano en Palestina y ver que hay niños en el lado israelí que gozan de todos los cuidados que la infancia necesita. Ser emigrante en un lugar del mundo que te rechaza. Ser un ser humano víctima de la crueldad de otro ser humano al que se le secó la humanidad.

Salud a los tramposos, los que se engañan a si mismos intentando engañar a los demás; de ellos será el oro, la plata y hasta el bronce que adorna las vitrinas de quienes tienen metalizado el corazón

 

 Volví los ojos hacia ti,

hice un esfuerzo por recordar tu cara,

pero en la oscuridad no había nada, salvo el silencio

de una fotografía en la pared,

era del tiempo de la destrucción, cuando la vida

valía menos que el dinero y se pagaba el diezmo

de las escuálidas ganancias, las jornadas volaban

como pavesas consumidas por un fuego sin llama,

sólo ardían los ojos intentando conformar el futuro

a la sinrazón de nuestros sueños,

un panorama iluminado por la plata inocente de los días

que los lunes brillaban y el domingo

eran un simple residuo ennegrecido

sin fe para afrontar otra semana

de hallazgos improbables.

Zona B:

¿Con qué y a quienes paga el sionismo para que siga habiendo esta tolerancia con un genocidio planificado con maldad y ejecutado fríamente? 

Llegar allí, saludar apenas sin decir su nombre y provocar el cataclismo en sus adentros fue todo uno; como si los restos destruidos del pasado que flotaban sin rumbo en la memoria se reagruparan para formar de nuevo el espigón con caries de unos apellidos que preferían el embate furioso de las olas a la aparente calma impuesta por la urbanidad

 

Hoy he decidido dejar en libertad a mi rebaño,

he disfrutado  derribando el cerco donde las ovejas

se sentían ciervos prisioneros, quedó un oscuro círculo de estiércol

señalando la asfixia vegetal de la campera 

donde la hierba tardaría en regresar,

los mastines aullaron aturdidos, algo peligroso imaginaron

cuando me vieron desatando cuerdas, arrancando estacas

e infligiendo heridas al murete circular de piedra seca,

a la mierda todo, se dirían, tanta vigilancia y atención

para esto, ahora los lobos no tendrán que merodear

para encontrar un hueco en la barrera, 

buscarán una lana inmaculada para que el rojo de la sangre 

resuene como un grito en medio de la oscuridad

y dejarán tirado el testimonio de la marca a hierro de la piara,

yo, alegre, silbando hacia un careo imaginario

con pasto verde y agua fresca y un manchón de robles altos

que harán las veces de sestil, como en los viejos tiempos,

pero pensando en ciervos, no en ovejas.

Zona B:

La prensa lo ha servido: USA ha decidido secuestrar el avión presidencial de Maduro, por jugar a infinito con sus sueños de poder, pero ni siquiera ha tocado la moto del genocida Netanyahu. ¿A qué jugaremos hoy, señores gringos, mientras está muriendo la cuota diaria de palestinos indefensos?

No había podido resistir la tentación al cruzar el hall y reparar en el piano colocado en un ángulo discreto; se acercó despacio, levantó la tapa y se sentó; sus dedos no obedecían a una voluntad sino el instinto, porque en la región de atrás de su cerebro unas notas inquietas le obligaban cada cierto tiempo a desaguar, como si desatascara el sumidero para restablecer una corriente interrumpida

 

Está ya aquí

eso que me anunció la niebla, se nota

en la quietud del aire, en el silencio de la respiración,

no late igual la sangre, calla

la voz interna, la que suele conversar conmigo

cuando las demás se van,

qué bueno estar sin hacer nada,

mirando los disfraces de la soledad por la ventana,

conversaciones sin retorno, vendavales

atrapados en fotografías amarillas

que muestran con humildad el potencial dormido de su furia,

estar aquí con ello, sin saludarse, sin hablar,

intentando ignorar nuestras historias de tiempo compartido,

qué bien cerrar los ojos y verlo todo claro,

sin necesidad de dar la luz o de apoyarse

en el testimonio mentiroso de los fantasmas del pasado.

Zona B:

Esta es la realidad del genocida Netanyahu, su catadura moral frente al dolor de quienes han perdido o reclaman la vuelta de sus familiares secuestrados. Hamás los secuestró, pero es él quien los retiene o impide que regresen vivos. VOSTROS, ISRAELIES, SOIS QUIENES MANTENÉIS AL FRENTE DEL GOBIERNO A UN SER TAN DESPRECIABLE.

La inseparable gorra de visera con que se cubría la cabeza no era una cuestión de estética o de comodidad, obedecía al sueño recurrente que le atormentaba desde los ocho años cuando robó las crías de un nido de cuervos y estos le perseguían picoteándole el cráneo entre graznidos

El cielo amaneció panza de burro,

una nube cargada de retoños como si para ella fuese primavera,

también les pasa a las cigüeñas al acercarse el tiempo de la migración 

que confunden las fechas y las direcciones,

en las manos está todo el rocío que nos hurtó el verano,

higos maduros destilando miel, esa gotita

de otoño anticipado para animar a las abejas

y hacerlas entender que ellas no migran,

en invierno se quedan con nosotros y nos ofrecen música,

recitan una monodia dulce muy parecida al gregoriano,

labor de siglos esta oscura claridad, el aire contagiado de pereza, 

blando como la colada puesta al sol en un día de niebla, 

me pregunto por dónde

ha de comenzar a oscurecer la nube para que llueva hoy,

por el norte no, de ahí llega el frío y la tormenta seca,

acaso por el sur con el silbido del tren fantasma 

que ya no trae carbón ni pasajeros, sólo recuerdos

carentes de sentido y de difícil traducción.

Zona B:

Es vergonzosa la actitud del resto del mundo aceptando las reiteradas mentiras del gobierno genocida cuando descarga su soberbia asesina sobre objetivos civiles diciendo siempre que eran terroristas. Y ¿QUÉ ES, SINÓ TERRORISMO, LO QUE EJERCE IRSAEL SOBRE EL PUEBLO PALESTINO?

En una explanada pedregosa y yerma se había instalado un campo del instrucción para reclutas; los días calurosos de febrero convivían con las noches gélidas de un semi desierto en la Almería del western de cartón; allí enfermó de neumonía y tras el traslado a un hospital para la tropa, se le concedió la medalla con distintivo azul de la melancolía que acabó luciendo sobre el mármol de su tumba y que alguien confundió con la de una congregación mariana

 

De repente ha sonado

el contador ambiguo de la soledad,

la llamada estridente del toque de diana ha dado

orden de alinearse, todos en orden de revista,

todos recitando la consigna como un coro

afinado bajo la batuta del sargento, todos iguales

asomados a la ventana del espejo y contemplando 

una única figura reflejada en el punto de fuga,

eres tu propia eternidad multiplicada en el azogue

del campo de instrucción,

miras con desconfianza, no te atreves a preguntar

aunque en el fondo sabes que estás tú solo,

de nada sirve pulsar el diapasón de la mirada,

clink, la, nota femenina ausente como botón de adormidera,

no como el sol que invita a despertar, ejerce de corneta

o de gallo en las madrugadas caqui del cuartel,

si es la respuesta a cualquier orden, mi es el escuadrón,

la compañía, y re suena a memoria en un desierto

donde siempre tiembla en la distancia

el espejismo de la soledad.

Zona B:

Cada día se salda con más de 30 muertos palestinos. Los rehenes irán cayendo junto con algún soldado porque a Netanyahu y su gobierno genocida no les conviene la paz. Mientras tanto la prensa y la televisión israelí presentan como héroe a uno de los torturadores y violador de un preso palestino. Se está borrando la diferencia entre nazi y judío. ¡¡¡¡YA DÁIS MIEDO!!!!

Aquel verano lo pasó en la majada alta cuidando del rebaño de merinas; días de alta placidez con mediodías claros y algún atardecer cegado por la niebla; era entonces cuando los lobos atacaban y a veces conseguían arrastrar alguna oveja hasta las rocas de caliza, donde el olor de los despojos terminaba atrayendo a las rapaces

 

Casi tanto como decir que no,

esa es la forma de comenzar una entrevista 

con el águila azul que riega a diario

el hígado de Prometeo encadenado,

es el sabor a hierro y a ceniza de barbacoa americana,

carne menor, decimos los verdugos de oficio,

 no solemos adoptar el modo diletante del sumiller, no hay sangre 

capaz de despertar en tu interior el jadeo del éxtasis

ni siquiera el corte pretencioso de un argentino regular

te hará babear ante las barbas manchadas de mostaza

de un Zeus satisfecho, él suele preguntar en los recesos,

mientras la servilleta oculta el gorgoteo del eructo,

por la salud del fuego,

yo miro el horizonte coloreado de rojo y le señalo

el furor del incendio, se ha podido ganar esta batalla

pero la guerra se ha perdido.

Zona B:

En Israel la guerra se define como el tiempo de la voluntad que no acepta barreras ni morales ni físicas. Hacer lo que apetece sin temor a consecuencias, porque el poder infecto del dinero siempre estará a su lado, por encima de la moral y la justicia.