Ha vibrado en el aire ese dolor de bronce,
la campana llama con nudillos metálicos al marco
de tu puerta, pasa, pasa, no te quedes ahí,
fuera hace frío y el otoño llega adelantado, como tú,
el pueblo se ha quedado ya medio vacío
y en las riberas del pantano se notan las estrías de la erosión
que va marcando el oleaje,
pero tú a lo tuyo, tómate algo mientras preparo la comida,
no hay nada como tener en casa un invitado
que sabe lo que debe hacer y acaba haciéndolo,
sin señalar a nadie, como quien mira al horizonte
dudando sobre el rumbo que ha de seguir tras el descanso.
Zona B:
Israel también se ha dedicado a destruir el patrimonio palestino, una forma de acabar con la memoria de un pueblo milenario. El cruel refinamiento de una tarea genocida, calculada en los mínimos detalles para que nada quede a la posteridad.
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