lunes, 16 de septiembre de 2024

Tan viejo está el asfalto que la memoria falla, aún suben los coches y el color ferruginoso del hayedo nos hace comparar este momento con la feroz pintura en blanco y negro del treinta y seis, las hachas que cortaban ramas para tapar el hierro muerto que unos perros tomarían por huesos coloreados y los llevarían a la plaza para jugar a las tabas los domingos

 




Subí la cuesta 

y al salir de la curva vi el hueco de sus ojos,

había tierra en ellos y unas flores asomaban,

aún no era verano,

los hijos suelen parecerse a sus padres, pero hablan idiomas diferentes, 

no usan las mentiras de igual forma para parecer mejores,

pero, 

siempre hay un pero suspendido como una fruta verde

que no pretende madurar para alcanzar las estaciones

donde todo es eterno o han anulado la memoria,

luego la carretera se detiene como si quisiera descansar,

hay una fuente al comenzar el llano y a ella

vienen a beber ciervos y pájaros,

qué costaría colocar una placa de cerámica diciendo algo así:

la sangre busca siempre los bajíos lo mismo que el arroyo,

no dejéis que las hojas del otoño

os hagan olvidar lo que hay debajo.



Zona B:

Sometimiento y apartheid. Ese es el recorrido de Israel para borrar de la memoria al pueblo palestino, el que poblaba el territorio cuando allá por el 1880 se comenzó a hurgar en esa herida innoble que terminó con la creación de un estado fantasma en detrimento del original.

No hay comentarios:

Publicar un comentario