domingo, 15 de septiembre de 2024

Tendí los brazos hacia el sol y recabé la lluvia, pastoreé las piedras blancas del desierto y se convirtieron en ovejas, escalé la valla del jardín guardado por ángeles de fuego y mi cuerpo se llenó de quemaduras incurables como la herida de la frente de Caín; detrás de los arbusto alguien muy viejo se reía

 




El cardo monacal ha florecido,

se ha producido el pálido solsticio de la enemistad,

te dura tanto el amor como el odio

o la indiferencia coronada de espinas, flor morada,

cabezal abultado que siempre dice sí

aunque en verdad lo niegue todo,

revolución de los forzados a remar, se para el barco

en medio de un océano repleto de piratas y leyendas

que intentan recordar a Homero,

que haya una flor así, que debe a las espinas

su intocable belleza y que aparezca 

cuando los signos zodiacales configuran 

su oscuro jeroglífico es algo insólito, 

es el tiempo en que los gatos sacan punta a sus uñas 

arañando los faldones talares de algún dios.



Zona B:

Otra escuela de la ONU bombardeada por el ejército israelí, millares de muertos cada mes y nadie pide que la Corte Penal Internacional dicte orden de detención contra el genocida Netanyahu. En cambio se apresuran a condenar al payaso con chándal, porque este tiene menos "armas" para defenderse. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario