jueves, 5 de septiembre de 2024

Llegar allí, saludar apenas sin decir su nombre y provocar el cataclismo en sus adentros fue todo uno; como si los restos destruidos del pasado que flotaban sin rumbo en la memoria se reagruparan para formar de nuevo el espigón con caries de unos apellidos que preferían el embate furioso de las olas a la aparente calma impuesta por la urbanidad

 




Hoy he decidido dejar en libertad a mi rebaño,

he disfrutado  derribando el cerco donde las ovejas

se sentían ciervos prisioneros, quedó un oscuro círculo de estiércol

señalando la asfixia vegetal de la campera 

donde la hierba tardaría en regresar,

los mastines aullaron aturdidos, algo peligroso imaginaron

cuando me vieron desatando cuerdas, arrancando estacas

e infligiendo heridas al murete circular de piedra seca,

a la mierda todo, se dirían, tanta vigilancia y atención

para esto, ahora los lobos no tendrán que merodear

para encontrar un hueco en la barrera, 

buscarán una lana inmaculada para que el rojo de la sangre 

resuene como un grito en medio de la oscuridad

y dejarán tirado el testimonio de la marca a hierro de la piara,

yo, alegre, silbando hacia un careo imaginario

con pasto verde y agua fresca y un manchón de robles altos

que harán las veces de sestil, como en los viejos tiempos,

pero pensando en ciervos, no en ovejas.



Zona B:

La prensa lo ha servido: USA ha decidido secuestrar el avión presidencial de Maduro, por jugar a infinito con sus sueños de poder, pero ni siquiera ha tocado la moto del genocida Netanyahu. ¿A qué jugaremos hoy, señores gringos, mientras está muriendo la cuota diaria de palestinos indefensos?

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