viernes, 11 de diciembre de 2020

De sonido impar

 



No pronuncié yo esa palabra hermosa para ti, 

no hice nada para denudarla y darle

largura a su belleza, ella

es pura seducción, ombligo de sí misma, 

percha de pedrerías nobles y oros crepusculares, 

dice lo que se le antoja

igual que el río cuando crece y ruge

en los tajamares de los puentes,


no hablé yo de esa peregrina andrajosa

que sabe a dónde va y qué debe

vestir para que todos 

la vean en su más urgente

y estricta desnudez.


No hay comentarios:

Publicar un comentario