Un viento sobrado
vino y dijo lo que no entendí,
las rosas apenas se movieron y eso
que tiemblan sólo de ver al jardinero
con las tijeras de podar,
celán lo dijo: todo
el placer se evapora si lo miras,
y el viento no es que mire,
pero todo lo ve y lo deja todo
desposeído de sí mismo,
sin valor apenas
para ocultar el estremecimiento,
pueda yo entenderlo,
desde lo visible a lo invisible.
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