martes, 8 de diciembre de 2020

Tela de araña

 



No he llegado nunca a la ensoñación del hilo

que a fuerza de volar hace tapiz,

ni siquiera al engaño más fácil del ovillo: 

toda la largura soñada en un redondo

simulacro de esfera que ni a rodar alcanza,

                                        

tuve entre manos las enormes agujas de penélope,

y, tras horas de práctica nocturna

deshaciendo la nada, me ha quedado

este vacío de canal por donde fluye

el vivaz arroyo de la imaginación.

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