viernes, 21 de junio de 2024

Carretera de montaña, cruce con pista forestal, tierra roja sobre asfalto, una señal con cruces, se huele lo animal entre las hojas de las hayas; muy cerca, tras la curva está la excavación, las fosas señaladas con cintas blanquirojas, el pelo blanco del arqueólogo es una señal de rendición; hemos sido derrotados por tercera vez

 




Pasó  el tiempo de la candelaria, 

fuera ya no hay luces, hay espinas, 

inflorescencias de un fulgor

cultivado en redomas de vidrio esmerilado,

sufren los ojos si tropiezan sin protección

con las llamaradas de esa fiebre y es preciso

usar lunas tintadas o viseras de prolongado vuelo,

pero siempre queda alguna esquirla

de brillo tóxico acechando las miradas vírgenes

que presenciaron el amanecer,

y te preguntas por el alero hospitalario donde antaño

te protegías de la lluvia de azufre y fuego,

ahora ese tiempo ya pasó y te deja

con los labios resecos, las pestañas quemadas y la duda 

de si fue real alguna vez.



Zona B:

Dadme las herramientas y acabaré el trabajo. Con esa frialdad se expresa el genocida. Él solo ha creado más adeptos a Hamas que toda la propaganda radical.



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