jueves, 20 de junio de 2024

Un Giotto enfermo de pared, el yeso recorriéndole las venas igual que una lombriz rosada; su arquitectura ya invadida por el mal de Pisa y una tristeza lateral asomándose como una nube gris a sus arcos de ojiva que él trazaba sobre el papel ya renacidos al festival del medio punto, (para él punto final)

 




También yo he ponderado alguna vez

la virginidad de las esferas que no conocen ángulo,

el aspecto agresivo de las líneas geométricas

cuando son manejadas por las manos 

de un profesor adicto al onanismo,

lo gramatical de las figuras dibujadas con tiza en la pizarra

como escolio lateral para explicar fenómenos

aún no manifestados, eso que a punto está pero prefiere

por el momento guarecerse en la incógnita, 

-la algodonosa sombra de Platón-, hasta que llegan

las tijeras hambrientas de Aristóteles a recortar los bordes

dejando sin alas a los pájaros, sin sonido a la música

para que todo quede en un pobre ejercicio de corta y pega

sin el consuelo solitario de descubrir la equis.



Zona B:

Israelíes, tal vez esta sea la ocasión de deshaceros de ese abrojo antidemocrático que padecéis y padecemos, ahora que la lucha interna puede dejar debilitado al monstruo.

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