domingo, 9 de junio de 2024

Sin esperar a que amanezca voy coronando los repechos de la carretera, respiro con placer y admiro los repliegues azulados de las barrancas; cuando el sol empieza a despuntar intento capturar las sombras alargadas de las escobas como si fuera el fuego inverso que dibujara Liu Pol sobre papel de arroz

 



Aún hoy se asoman al ventanal de la memoria

los fantasmas barrocos de los candelabros,

su falsedad de bronce nos dejaba sin habla

por temor a incurrir en la blasfemia 

de una pronunciación inadecuada,

para eso estaban los bancales tan escardados del latín,

que a pesar del abono no aportaban una cosecha almacenable, 

era igual que la espuma escarolada que el mar hace crecer

entre las rocas, la conjunción sonora del oleaje del Adriático

con la vejez adormilada de los ríos de Hispania

de caudal escaso y deje campesino,

cualquier alpaca amarillenta se convertía en plata o intentaba

sustituir sin mérito al latón, crecían en el huerto los Horacios

de suculentas hojas o el espliego gramatical de Cicerón

y nadie nos mostró la diferencia

entre el espondeo gutural de la liturgia

y la luz del hexámetro vertida desde las vidrieras de Virgilio.



Zona B:

¿A nadie en Israel le importa que falte la anestesia para realizar operaciones a las víctimas amputadas de Gaza o que los niños mueran de hambre, sí, de HAMBRE, mientras los camiones con los suministros son saqueados por piquetes de colonos o se pudren en un paso fronterizo?


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