viernes, 28 de junio de 2024

Está subido en el pompón espinoso de una cardencha y pesa tan poco que apenas se cimbrea; por el ropaje es un jilguero, siete colores le decimos, y no es el arco iris ni la cara amable del verano; su ceño está fruncido como en enfado permanente, aunque esté soltando melodías extraídas de la reserva original

 




Ese gotear en el reloj, el picoteo

de un xilófago invisible que hace toc toc y arroja

un chorro de serrín, no hay horas,

hay distancias o presencias ocultas, teclas

que un dedo sabio hace sonar o tú al menos lo sientes,

todo lo temporal se basa en un lento a priori,

se supone, se asume, se acepta como dato

y aquello que se da ya no se quita,

cómo puede ser que sean ya las doce

si hace nada eran las diez, será verdad eso de

arruga es lo que espera al que madruga, 

piel de manzana convertida en pasa y todo

por prestarse al jueguecito de contar hasta doce

cada vez que el reloj baja la guardia.



Zona B:

Al menos adminístrale un fármaco analgésico para que no llegue a tus oídos el alarido de terror cuando le hagas ver la muerte cara a cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario