Oliendo el aire en soledad con algún pájaro
y sorprendido por el estridor metálico y azul del saltamontes,
vuelvo en mí perfilado en la sombra,
agujereado por la brisa bajo el rodal del abedul,
el tejo no, su sombra es un paraguas de verdor tangible,
habla con dos o tres palabras de la aventura de Vadinia,
sus arroyos de dolida memoria, el ácido relincho
del centauro, es como mirar la lámina escolar,
la historia te rodea aunque sus huesos luzcan
el cansado amarillo del marfil a flor de tierra,
amo la vida, pero en silencio,
nunca he cortado para ella una rama de enebro
ni sabría dónde colocarla para que la pueda oler
mientras la luz doméstica declina.
Zona B:
Dar valor a una agresión es quitárselo a la vida; las guerras son la consecuencia de la pereza humana para volver a los orígenes donde todo era pan común: repasad la leyenda poniendo frente a frente a Sara y Agar; sois su descendencia, pero al aumentar en número habéis disminuido en calidad.
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