lunes, 3 de junio de 2024

Lo dijo él o hizo que alguien lo dijera: "- Allí si hay gente extraña. Imagínese que no duermen. -¿Y por qué no duermen? -Porque no están nunca cansados. -¿Y por qué no? - Porque son tontos. -Y los tontos ¿no se cansan? - ¿Cómo podrían cansarse los tontos?". Si de ese muro extraes el ladrillo diez y siete, toda la construcción se vendrá abajo, sin apenas ruido, como un holograma acosado por la lógica

 




                          (F. K. cien años de fuego fatuo y sigue igual, sin consumirse, 

                           pensando en yiddish.)


Lleva ya muchos años

en silencio de voz y de escritura, serio

o tal vez enfermo de parálisis facial, sus ojos

arden con la frialdad de un argumento

minuciosamente elaborado en torno a alguna vacuidad,

en el vacío nadan sus criaturas vermiformes, 

o flotan sus carcasas como las hojas secas,

no dice nada, no propone una posible solución a los problemas

que enturbian el lenguaje, se limita a fluir lo mismo que las aguas

contaminadas de un arroyo industrial, toma los hilos

de una tela desflecada y los convierte 

en la terminal de una neurona compartida, esa, la única

a la que no han llegado los peldaños de la ciencia

por lo que no sabemos si dice la verdad 

o simplemente se ríe de nosotros.



Zona B:

Israelíes: sabéis que el genocida no os protege, os utiliza como excusa; de no ser por la guerra lo más probable es que estuviera ya en prisión. La solución no llegará desde las armas. ¿O es que os apetece seguir con el fusil al hombro otros dos mil años? De haber vivido la experiencia, Franz tal vez hubiera optado por la ironía del absurdo. ¿Es él quien os escribe los guiones?

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