A tu endurecido corazón van dirigidos estos ruegos,
sé que nada ha de ablandarle y nuestro sufrimiento
crecerá como la masa a la que invadió la levadura,
pero también a él ha de llegarle la hora de cruzar el vado,
su coraza acabará fundida en el calor del aire seco,
y se convertirá en escoria la indiferencia de sus ojos,
cuidado, al hacha
le han crecido alas de libélula, puede ser peligrosa
porque carece de conciencia, sólo sabe matar
y encomienda al azar sus objetivos,
cuidado, luz,
no alumbres a este lado,
la razón está aquí pero no sabe
que su independencia está en peligro,
voy a abrir la ventana,
pero, cuidado, nada excepto el aire debe entrar,
dentro guardo las artes de mi alquimia
que todo lo convierte en oro.
Zona B:
Maldita historia esa que invade las conciencias con el mensaje venenoso del vencedor que la escribió; no intentemos reescribirla, borrémosla y con ella cualquier verdad que se proclame única; sólo será posible continuar con dos estados: el carro con dos ruedas al menos.
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