lunes, 10 de junio de 2024

Llegó a la playa un gran madero de torso tan brillante que parecía de un metal entre estaño y cinc; varios vecinos acudieron a mirar y enseguida tomó cuerpo una leyenda sobre el lugar de procedencia, sobre quién lo enviaba y el destino al que habría que derivar aquel objeto que a todas luces parecía un exvoto de alguien con una deuda gigantesca

 




Salgo a mirar,

el aire apenas trae rumor de oficios

que van desdibujándose, nadie acude ya a regar el huerto

ni se humilla en los surcos para quitar las malas hierbas,

no se oye el golpe pensativo del hacha sobre el troco

ni la voz nasal del herrador que canturrea

mientras sujeta un clavo entre los labios,

la tajas de lavar se utilizaron para encender la lumbre

y la panoplia de herramientas de madera humillada

fueron alimento para xilófagos de nombre hostil,

qué queda para mí, pensé, los prados

de flor de otoño duermen ahora bajo el perfil del hormigón

y las petunias son reclusas entre rocalla traída del vivero,

-personal de oficina en un mercado sin oficios-,

y más lejos aún la alfombra de tomillo y hortelana

para adornar la procesión del corpus

con un volteo de campanas movido por la electricidad

porque nadie conoce los repiques, ahora,

cuando la maldición es el recuerdo.



Zona B:

Ha dimitido un ministro del gobierno genocida ¿Será el comienzo del derrumbe?  El pueblo de Israel tiene que mover el aire espeso de una sociedad narcotizada por sucesos traumáticos, sin olvidar a los que sufren el horror de la desesperanza.

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