domingo, 5 de mayo de 2019
"A la vez quieto y en marcha"
(Homenaje a Ringo, casi tan antiguo como Argos,
pero más sabio, porque intuye que su dueño
nunca regresará a Ítaca.)
Cuando el perro llega al borde
fabulador del río bebe y corre
desoyendo
al cocodrilo de la realidad,
él sabe rescatar de la basura
una de esas instantáneas
naturalezas muertas de morandi
o un recosido desgarrón del alma
fogosa de millares,
más allá de esos límites
no hay valor que resista
a las distintas formas de su sed,
ha aprendido
de los ojos del puente
a mirar sin ansia el aluvión,
la opulenta matriz de la indigencia.
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