sábado, 4 de mayo de 2019
En la vieja piel de un pergamino
Tan largo fue el vagabundeo
por la escalera mística
que dí con la raíz alta del muérdago,
su veneno colgante y silbador
venido de serpiente
con un adorno de leyenda y una
venganza prisionera de las ramas
a las que se abrazaba
nadie pudo
sustraerse a su magia, ni los frutos
a medio colorear ni los lacayos
angélicos de espada balbuciente
ni el grifo alado que comprueba
la lista de invitados,
-todos sufriendo la metamorfosis
de los nacidos huérfanos-
así lo manifiestan
los etílicos versos de un aéreo
juan de yepes enhebrado
al prodigio invisible del sedal
donde duermen las perlas.
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