lunes, 20 de mayo de 2019

Un recuento superficial de hierbas




Ya sólo tú me quedas, verde,
ni amapola ni malva suben
por el ribazo, quieta
la alondra que dictaba
unos versículos cogidos
a voleo en la escuela,

ahora es tiempo de cerezas
y ni siquiera el vino
con su rubí nacido en la solapa
puede competir con la crecida
del verde muro,

se te ahoga el pensar
de tanto estanque en la mirada,
abajo queda 
la indumentaria gris de los inviernos,

que te has hecho mayor y llamas verde
a todo lo que brilla
como cristal en la memoria.

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