Que el caballo nunca note el freno
Para asomarse al mundo
una ventana lúcida
asomarse a mirar, cerrar los ojos
a lo evidente: eso
no necesita ojos abiertos
para comprender al mundo
hay que dividirlo
en golpes de mirada
las motas de polvo
no hablan el mismo idioma que la tierra
pero entre si se entienden
para gozar del mundo
leer en sus entrañas
como en los posos del café
el azar es el alma
de lo que permanece.
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