martes, 7 de mayo de 2019
Licencia temporal a los relojes
Con el sol de junio vuelve
a adquirir su peso el día, nada
de indecisión o floritura
en la curva acechante de las doce
pese a la exactitud de la cigüeña
siempre puede haber unos minutos
de desconexión buscando
similitud entre sonidos
que ocurren a la vez
brilla una costra dura sobre el alma
vermicular de algunas horas y amanece
por segunda vez cuando terminan
de sonar las campanas del reloj
el rito se repite y los colores
se extienden por un mapa vacío
las veinticuatro
ventanas circulares del palomar ardiendo
sin percibir apenas esa merma
progresiva de luz tras el parón del equinoccio.
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