Acaso dios siga cabreado
El carboncillo
jugó con tu perfil, se puso serio
y te sacó una lánguida sonrisa,
luego un color
complementario y decidido
a tomar las riendas hizo
chiribitas burlonas, emprendiendo
la blasfema aventura del boceto
que roba a dios la iniciativa
y crea un gesto irreverente,
qué pena,
en este punto de la historia
siempre acaba rompiéndose la punta
del lápiz,
cae el ángel
y todo queda a oscuras.
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