Me despierto en la noche
con la enfermedad de modigliani,
el corazón se tumba
con la rojiza desnudez de sus vapores
flotando sobre el azulejo
doméstico del desolladero,
amable es la violencia del diseño
y la horizontalidad ayuda a descansar de la inquietud,
vosotras, medias lunas, qué animales mansos
traeréis a abrevar en esta calma, si toda
la sed se quedó abajo, entre las truchas arcoiris
que mueven con temor el abanico de sus aletas
para ocultar cualquier indicio
de velocidad o de impaciencia.
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