jueves, 15 de julio de 2021

Resignado a las maneras civilizadas del jardín

 

Al final me he visto obligado a regresar,

tanto verde en los ojos hace aguas

y la visión se queda en blanco

imitando el arrastre de las nubes,

y aquí me tienes, resignado

a las maneras civilizadas del jardín,

comparando las arduas diagonales 

de la concepción radial de los arriates

de domésticas flores con la magia

desordenada de los prados, sufro

de concentración, lo que antes me llegaba

a pasos lentos, modulado

por la quietud de los horarios, viene ahora

acelerado por el torbellino del calor,

pretende instalar el olvido entre mis hábitos 

o me somete a juegos nemotécnicos

de los que ha sido eliminado el beneficio

de la distancia y de la perspectiva.


II


Ya no hay tórtolas ni diapasones ácidos

alzando el dedo para comenzar un trino,

los jilgueros han quedado atrás y se columpia

un arrullo gandul de repetición y de pereza

en el abeto desmochado, este es el reverso

sinfónico de todo lo escuchado,

palomas grises y páginas virtuales sollozando

el melodrama semanal y un nudo

mojado en la garganta de muy difícil solución,

salvo que acuda a las angustias

perimetrales de la dehesa donde todo

se mueve más despacio

entre el olor de la resina.


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