miércoles, 14 de julio de 2021

Sólo son consecuencias de algo desconocido


Salgo al campo, 

la mañana cuelga como una exposición

inestable de gotas de rocío,

todo lo habitual es percibido

como un simple antojo de la mente,

hasta el café que sigue difundiendo

su caliente aroma de ojos a nariz

pretende hacer milagros,

cuando huele a pan el campo se reanima

y puedes ver las cosas ordinarias

retomando su familiar aspecto 

de reses liberadas, en cambio hoy

el olor es a hielo y su resplandor

-que la memoria sigue humedeciendo en pleno julio-

hace que todo ruede con impulso de río,

con potencia de ola y con rugir de mar. 


II


Las creaciones se suceden, igual que rodamientos,

cada mañana un halo,

en cada pensamiento un brillo de niebla condensada,

cualquier cosa oculta su apariencia

para que los ojos sustituyan la monotonía por los ruidos

sagrados del ceremonial,

escuchas campanas y son gotas de reloj escurriendo del musgo,

los helechos se han convertido en celosías

para preservar esos misterios

de las miradas que podrían profanarlos con dedos torpes,

hasta tu piel reclama la crema protectora

contra un sol desvergonzado que se asoma

a los cerros de oriente desparramando hosannas,

sí, el rocío,

la sacralidad del pórtico

a una hora tan temprana.


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