Admiro la sumisión de los objetos,
la manera ancilar de proyectar su sombra
sobre la pared pautada de los nombres,
en ella sufrirán dolor, bautismo,
circuncisión y penitencia con la humildad del catecúmeno
que no alcanza a creer en el misterio
de la terapia bautismal, el agua
borrará en su piel las incisiones gozosas del pasado
dejándole desnudo, como un sordo
que ha de responder al movimiento
vertiginoso de los labios.
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