No todos
los colgajos posibles son adornos,
mira esa quietud
movida por el viento no festivo
sobre la calle humilde
que se quedó sin luces y guirnaldas,
cabría en ella
todo el humo guerrero de los fuegos de artificio,
los pregones lanzados con megáfono a la plaza
mayor y el estribillo estrábico del carnaval
que todo lo ensordece y contamina,
no aquí que sólo huele
a higiene y soledad.
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