Tan sólo hay que poner al lado
la traducción del tintineo de la loza,
de mil arroyos se compone
el arqueológico danubio de esa lengua,
se ha de procurar que no salte el esmaltado
con la tela de araña de la edad,
será un sonido entre algodones, y suena así
porque se escribe con trozos aguzados de cerámica
organizados en hiladas
sobre un aglutinante coloquial,
el verbo
llega con su raíz hasta la tierra
de los tensidones, donde Homero
pinta en rojo una escena fúnebre
sobre el ánfora que guarda las cenizas de Ilión.
(hace tiempo puse letra a un rumor, sonaba como el roce fluvial de las piedrecitas desgastadas del río cuando se hacen pasar en chorro de una mano a otra, pudo ser así o muy distinto, entre pulido e informal:
incununata cu flori de mac,
ciocnindu-mâ de fluteri muribunzi,
inaintez
prin somnul numit de mine
noiembrie.../...
pero hubo oídos que empezaron a sangrar y cerraron la luz con un portazo, seguro que tendrían razón aunque os puedo asegurar que no era lo mismo que masticar arena, probad y lo veréis).
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