domingo, 19 de junio de 2022

Vecinos de las olas

 


Camino por el puerto,

hay algo de sangre en el sabor del aire,

junto a mí camina un niño

llevando de la mano a un anciano sonriente,

es su abuelo, una definición de las alturas

que nadie alcanza a comprender,

se sientan y se quedan mirando largamente al mar,

no hablan, se sonríen y golpean con los pies el vacío

para que suene acompasado con el rumor de las olas,

una alegría mineral se hunde en el agua 

narrada por el viejo con su voz de niño con arrugas,

él es el que convoca el aire fresco al terminar el día

con una oración lanzada al aire como una red,

paladean la felicidad de aún no haber cenado

antes de que el estómago recuerde

que es un lugar perdido

en la anatomía vertical de los hambrientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario