hay (ay!) andaluces en Jaén?
Un cartel de campaña
que presume de publicidad en punta,
una joven esconde
su rostro bajo el ala negra del simún
y deja al aire
una anatomía que amenaza
sin llegar a dar, se puede
medir de suelo a techo
a partir de un botón que induce
a pensar que va a desabrocharse,
pero no, se queda
a mitad de camino, entre el reclamo nacarado
y el obsceno desnudo
del metacrilato de la urna.
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