sábado, 18 de mayo de 2024

Esta mañana bajé al huerto a practicar con una nueva azada; antes lo hice con el hacha, talando ramas a destiempo, provocando ese dolor lloroso de la savia que escapa de la herida sin provecho; hay una salud rebelde y eficaz que usa las varas de sostén para desafiarme; yo evito mirarla, conocedor de mis impulsos que dictan una inflexible sumisión para todo lo vivo sometido a control y vigilancia

 



Ahora entiendo

por qué los pájaros hablan tan bien de ti,

voy por el túnel vegetal que bordea el arroyo,

llevo en el bolsillo un libro de tapas negras 

en cuyo envés se puede ver al hombre

de poderosa espalda gris, él y yo avanzamos

en direcciones diferentes, aunque los dos buscamos un final feliz, 

miramos entre la espesura de los robles,

quizá algún pájaro se quede ahí esperando a que nos alejemos,

ni yo ni el hombre de la poderosa espalda

podemos sobrevivir aquí, cruzamos la espesura buscando el sol,

oímos voces semejantes, aunque no llegamos a entenderlas,

bajo este túnel vegetal, en la inestable sombra

donde la casualidad o el viento hacen que todo cambie.



Zona B:

Cuando en el verano palestino empiece a arder todo lo que aún no fue quemado ¿dará la imaginación para levantar un escenario de hambre y sed, de horror y sufrimiento donde el olor a muerte se respire a cuarenta grados, con el super robot hebreo haciéndose fotografiar sobre la nada para que la historia sea humillada más si cabe ente las generaciones posteriores?


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