lunes, 27 de mayo de 2024

Llegaban como hormigas, en largas filas, sin hablar, con flores a porfía, flor silvestre crecida entre afiladas espinas de azulejo; la policía acordonó la zona, usó megáfono y distancia para intimidar, luego lanzó bolas de goma, parábolas de humo y brillos de metacrilato como metralla para los ojos; no hubo detenidos ni recuento, porque la multitud desapareció como sumida en la carraspera de las alcantarillas

 




Había allí un local vacío,

lo ocupó y desde dentro comparaba

las cosas que ocurrían fuera con sus arquetipos escolares,

intentaba llenarlas de sonido sin articular la voz,

ser es como poner el alma en modo fonación,

en pausa, y usar las manos como remos,

algo de agua se traga pero llegas a la playa

y percibes el aire con algo de analgésica derrota, sabe a sal

y alivia los efectos de la excesiva soledad

con que arriban los náufragos, 

                     ahora le reclaman el local, le exigen que se inmole,

que se eleve como un humo de altar sobre las grasas industriales

en ofrenda al altísimo decoro de la cúpula,

o que suscriba un alquiler para que el derrumbe 

lo viva desde dentro, saldrá en los medios, 

un lírico desahucio, contarán, de los cascotes

ascenderá un olor a periodismo de grafiti,

en mi funeral sólo se admite tetrabrik,

será victima de un amoroso aplastamiento, 

amortajado en un sudario de papel de estraza 

lo mismo que el pescado antiguo.



Zona B:

Quousque tandem abutere, Netanyahu, patientia nostra?





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