La tos ardió como un disparo
en el silencio cargado de humedad,
que volviera la próxima semana,
la voz sale a su encuentro indagando en lo efímero,
los turnos, los informes, los signos de vejez en la mirada
que suplica una prórroga, un diente de mi nieta,
se le cayó en luna creciente y es signo de salud,
también Tobías enfermó por no cerrar los ojos, ellos
miraban detrás de la cortina, suerte que sea invierno
y apenas queden pájaros, su estiércol es letal,
la voz prosigue:
es confortable la repetición de síntomas, los resultados
muestran una poderosa fe, y aunque no caiga dentro
de mi especialidad lo considero un logro,
huir de la farmacia cuando regrese el pálpito, el agua
con un chorrito de limón, templada, como si saliese
a recibir al sol, la casa guarda el tono medicinal de la resina,
fue un acierto poner el piso de madera a pesar de que a Mario
le cueste compartir pasillo con la homeopatía libertaria,
a las doce, sí, contiene codeína y no se tiene
constancia de reacciones no buscadas,
aunque es mejor evitar los latines del prospecto,
es un idioma con gran carga viral y aunque aún colea
se le considera lengua muerta.
Zona B:
Sarai y Agar disputan. Abraham toma partido y expulsa a Agar, y cuando está a punto de morir en el desierto es salvada por un ángel enviado por Yahveh; le anuncia que tendrá un hijo, Ismael, que será un hombre fiero y su descendencia será numerosa. Es fácil contemplar el texto bíblico con las actualizaciones pertinentes (Israel y Palestina, Netanyahu, EEUU, pueblo palestino). Hasta las leyendas dejan en evidencia el genocidio.
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